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domingo, 3 de febrero de 2013



Estos días se cumple un aniversario más de la Batalla de Stalingrado, el “Padre” de todas las batallas de la II Guerra Mundial, por la cantidad de testosterona que en ella se derramó… La batalla que hizo pensar a los antifascistas del mundo que no todo estaba perdido, como asin fue, loada sea la Evolución.

Si el pueblo soviético no hubiese ganado esa batalla, hoy probablemente no habría lugar a disquisiciones teóricas sobre votar o no votar, u simplemente sobre eso de ser u no ser, pues todos formaríamos parte del III Reich (es decir seriamos nazis) y ya no le preocuparía para nada a la Merkel que formásemos parte del IV Reich, como sucede ahora.

Esa batalla que significaba el enfrentamiento de dos ideologías, de dos concepciones del mundo distintas y de la que dependió durante 200 días el destino de toda Europa ( y del mundo), hoy nos la quieren contar ( los TINOSOS y afines) como una simple lucha entre dos dictadores, Hitler y Stalin, equiparando a ambos al fascismo y dándoles a ambos el mismo grado de “siniestralidad”.

Ese error histórico y político que ha hecho tanto daño a la izquierda (y cuando digo izquierda no hablo del PxxE), es la causa del actual desbarajuste ideológico de una izquierda desorientada, dividida, enfrentada e incluso “desaparecida” del frente político y social.

Durante cerca ya de setenta años, más de la mitad de ellos de “Guerra Fría”, los “tanques de pensamiento liberal” (FA ES, IDEAS…) financiados por los mismos prebostes capitalisto/fascistas que financiaron a Hitler en la esperanza de que se acabase de una vez por todas con el “peligro rojo” (el marxismo), no han cesado de machacarnos con su ideología “liberal” ( u neocon u neofascista) para conseguir mediante la “idiotización” de las masas lo que no han conseguido, todavía, con Holocaustos en masa, valga la redundancia.

Y la idiotización ha sido tan grande que incluso los más destacados miembros de la llamada “Gauche Divine” cayeron en ella; pasándose ya más de 50 años mas u menos buscando alternativas al Socialismo Real para no parecerse a Stalin, cuando Stalin no tiene nada que ver con el Socialismo Real, ni con Hitler, ni con el fascismo…Solo tenía que ver con él mismo y su concepción del “socialismo real” que no tiene porque ser el “Real”, no se si me explico y valga la redundancia.

El Socialismo Real ya venía casi representado en la Constitución de la Republica de Weimar (*).



Una Constitución que por ejemplo tenía un artículo, el 153, que: “recordaba que la propiedad “obliga” y que, precisamente por ello, quedaba sujeta a expropiación por causa de utilidad pública y con criterios flexibles de compensación. Su artículo 156, por su parte, contemplaba el control público de la economía en beneficio del interés general, bien a través de la nacionalización de sectores claves como del posible desarrollo de formas cooperativas de propiedad. Finalmente, el célebre artículo 165 –que tuvo entre sus principales mentores al jurista socialdemócrata Hugo Sinzheimer- preveía la participación de los trabajadores en la determinación de las condiciones laborales y productivas a través de los consejos de fábrica…”(**).



La Segunda Guerrra Mundial vino como consecuencia de que cada vez más “esclavizados” trabajadores/as de las republicas y monarquías europeas querían parecerse a la de Weimar que, a su vez, “mamaba” de la Constitución Soviética e incluso de la Constitución revolucionaria mejicana de 1917 que, dicho sea de paso, no buscaba en sí misma el “socialismo real”, sino una “democratización republicana” de las sociedades humanas que diría la Belén Esteban…Y eso el Cappital no podía consentirlo y de la lucha contra esa perniciosa “idea” para el Cappital nació Hitler entre Hotros ( Franco, Mussolini…)



Por eso, si el pueblo soviético (que no Stalin) no hubiese vencido en el “padre de todas las batallas” ( Stalingrado) y la URSS hubiese sido invadida por el Este ( más de 20 divisiones japonesas esperaban en la frontera a que los Alemanes conquistasen Stalingrado) por Japón ( otro de los ejes del “Eje FASCISTA Berlin-Roma-Tokio, valga la redundancia), hoy del socialismo real, ni se hablaría ( aunque se habla poco de él las cosas como son), Allende no hubiese ni existido y la Merkel llevaría un bigotillo ridículo bajo sus fosa nasales.



Por eso a mí se me llevan los diablos (mas) cada vez que leo frases como las que leí ayer en un “foro Público” por personas que se dicen de izquierdas ( Un tal Gascón), culpabilizando a los “abstencionistas” de la llegada del Fascismo, una vez más (Recuerden que para Umberto Eco es “eterno” y por eso hay que combatirlo “eternamente”, es decir que no hace falta traerlo pues nunca se ha ido) y cuando son precisamente los abstencionistas ( ¿U los “antisistema” que llevan años boicoteando Davos, por ejemplo, votan?) los que llevan casi 50 años DENUNCIANDO que lo que llamábamos “democracia” era simplemente “la cara amable” del Fascismo, mientras los mismos marxistas se entretenían “votando” a un sistema que simplemente se basaba por mor del TINA en “botarles” a ellos a cualquier “gheto” a la izquierda del fondo de la Nada.



Por eso, también, veo de difícil resolución el problema ideológico que nos mantiene en la Trampa ( The Trap) neoliberal, pues yo no veo a muchos partidos de izquierda ( ya ni hablo de los sindicatos “de clase” y mayoritarios) por mas que se llamen marxistas ser marxistas ( Entendiendo por marxistas lo que Chomsky entiende y no lo que entiende por ejemplo, Gascón) y si que los veo “pactando” ( Véase Andalucía) con todo lo que se mueva para seguir salvando al capitalismo de “cara amable” y olvidándose del “Socialismo Real” de verdad y de la Republica de Weimar cada vez mas…



Por todo ello cada vez me alejo mas de posturas ideológicas a las que incluso defiendo de los ataques de Boabdiles, “reinonas” de papel y socioneoliberales, pues lo cortés no quita lo valiente y como todo Edmundo sabe detrás de cada anticomunista como los nombrados en el párrafo anterior hay un fascista en potencia, por más que se “disfracen” de humanistas y unas veces de mujer y otras de hombres…Y, por ello, me refugio en “callejones” a los que yo mismo abro salidas aunque solo sean a nivel individual, pues creo que aunque me considero “individuo”, mi solidaridad con todo colectivo social necesitado nunca la olvido pues también soy humano, que lo cortés no quita lo valiente añado una vez mas y valga la redundancia.



Y aluego cuando llegue la hora de votar (***), menos al PPSOE hasta podría votar a cualquiera, si me place, si se dan las circunstancias y si lo aconseja el momento, pero no me voy a dedicar a perder el tiempo sobre a quién voy a votar cuando de seguir asín cuando lleguen las próximas elecciones ya nos habrán “botado” a muchos ciudadanos, habrán “legalizado” las financiaciones de los grandes “partidos” (¿Quién va a financiar a un pequeño partido marxista?), los “sobres” esos vamos, por parte de las “corporaciones” como ya sucede en los AAUU y, los “lobis” esos podrían haber sido capaces de comprar hasta a Cayo Lara que ya es decir y vistas como están las cosas de la “política” en ¡PPAÑA!…



(*) “Cuando la prensa o los analistas al uso intentan establecer paralelismos entre la crisis del 2008 y sus antecesoras, resultan inevitables las referencias a los años 30‟ y al New Deal. Varios elementos podrían justificar la comparación: el hecho de que ambas hayan tenido su epicentro en los Estados Unidos, el “efecto Obama”, y sobre todo, la forma en que se resolvió el propio crack de Wall Street. Para muchos, en efecto, el New Deal rooseveltiano constituye un programa valiente, pero moderado al cabo, de intervención pública de la economía, que permitió salvar al capitalismo tanto de la garras del nazismo como del socialismo. Esta frecuente evocación del New Deal contrasta con el olvido o la escasa atención prestada, sobre todo en Europa, al otro escenario en el que transcurrió la gran crisis capitalista de entreguerras: el de los ensayos republicano democráticos que tuvieron lugar en países como Alemania, Austria o España.

A diferencia del halo de contenida audacia que rodea al New Deal, estas experiencias republicanas son con frecuencia presentadas como ejemplo de un conflicto entre “extremos” que se tendría que dejar atrás para siempre. Lo cierto, sin embargo, es que la luz que arrojan sobre el presente está lejos de haberse extinguido: por el trágico desenlace que tuvieron, desde luego, pero también por las expectativas de democratización radical que suscitaron, tanto desde el punto de vista político como económico.

Son las alternativas que abrieron, en efecto, las que justifican volver críticamente sobre estas experiencias republicanas y cotejarlas con un escenario en el que una salida neoliberal a la crisis neoliberal podría, como antaño, asestar un golpe irreversible al principio democrático y la entrada en una inédita era de autoritarismo y barbarie. El 90 aniversario de la Constitución de Weimar de 1919, el texto que cristalizó en Europa las potencialidades y límites de una de las más sugerentes alternativas republicano democráticas a la crisis capitalista, brinda una oportuna excusa para acometer esta reflexión.

(**) “Razones para volver sobre Weimar

La revolución alemana de noviembre de 1918, así como la instauración de la república de Weimar, un año más tarde, fueron parte de una respuesta política y social a la crisis del capitalismo desembridado de la belle èpoque. Aquel capitalismo, que rigió entre el último tercio del siglo XIX y los primeros lustros del XX, guardaba más de un aire de familia con el vigente en las últimas tres décadas: por su propensión mundializadora, por su capacidad para generar ciclos breves pero intensos de crecimiento económico, por su recurso a la especulación, sobre todo financiera, como mecanismo de obtención de renta, por su tendencia a resolver los conflictos geoestratégicos mediante la apropiación manu militari de mercados y recursos naturales. En palabras de A. Domènech:

““ Si más allá de la conexión a internet (que abarca, ciertamente a todos los académicos y a todos los periodistas, pero a no más del 6% de la población mundial) y de la universal propagación de slogans publicitarios y hábitos de consumo, escarbamos un poco en algunos índices serios, seguramente se puede decir que los últimos 25 o 30 años de indudable diástole mundializadora de la vida económica todavía no pueden compararse en varios aspectos importantes con la tremenda ola mundializadora que se vivió entre 1871 y 1914. Al final de ese excepcional período (la “era de la seguridad”, como se la llamó en Europa, o la “edad de oro de las oligarquías”, como se la conoce en Iberoamérica), en 1914, por ejemplo, Inglaterra estaba exportando un 7% de capital en relación con su PIB, índice que jamás ha vuelto a ser igualado. Ese período coincidió con una expansión sin precedentes de la cultura económica y social capitalista a casi todos los rincones del planeta: con un aguerrido colonialismo y la consiguiente destrucción a fondo de muchas economías “naturales” y “morales” del planeta, y en las metrópolis, con la seria amenaza de las fuentes tradicionales de la existencia social de las clases medias y menestrales de viejo tipo (artesanado, campesinado pequeño y medio, industrias urbanas de propiedad familiar)”. 


Los apartados “asteriscados” anteriormente han sido recogidos del artículo de la revista Sin Permiso : “La política y el derecho frente a la crisis (en el 90 aniversario de la Constitución republicana de Weimar)”. No puedo poner el enlace ya que lo guarde en PDF y no guarde la pagina.

(***) ¿Alguien se cree que el PPartido PPútrido/PPodrido valga la redundancia va a convocar elecciones antes de 2015 tal y como van para ellos las encuestas?...¡No se lo creen ni los del Partido E(¡ppañol!) y mira que están deseando volver a pillar “ppoltrona” y cargos de consejeros en “alta corporación”, pues estos ni siquiera conocen donde está “Weimar” pero les gusta llamarse “socialistas” por la cosa del “neuromarketing y el voto útil” ( al Cappital)…

Cavatina- BSO.-El Cazador

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